En 2007 viajé a la India, más concretamente visité los estados de Rajastán y Utarr-Pradesh, además de la capital Delhi. Ha sido uno de los viajes más interesantes que he realizado. Me fascinaron los paisajes, el colorido de los templos y, sobre todo, la cordialidad y hospitalidad de la gente. De todas formas, no me sentí atrapado por esa mística especial que muchos dicen sentir en ese país, más bien me pareció que la pobreza y la falta de expectativas hace que sus habitantes se abracen a lo único que creen que puede salvarles, que en su caso es su fuerte tradición religiosa.
En la imagen aparece una sonriente familia de Jodhpur que posó para mí. Jodhpur es la segunda ciudad de Rajastán, al noroeste del país. Su mayor particularidad es que la mayoría de las casas están pintadas de azul, al parecer porque este color las preserva del calor y ahuyenta los insectos. Otro de sus atractivos es el impresionante fuerte de Mehrangarh, desde donde se divisa una preciosa panorámica de la ciudad.
Muy buena! la verdad es que viajar a estos paises es un lujo, con sus gentes y sus colores las fotos tienen un toque diferente.
ResponderEliminarSaludos.
La India es tan fascinante que buena muestra de ello lo encontramos en tus entradas descriptivas del viaje realizado.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por visitar el blog y por los comentarios. Saludos.
ResponderEliminarCompatim gust per l'India. I jo, igual que tú, no em vaig sentir atret per la mística. Encara que crec que el país es maravellós.
ResponderEliminarSalutacions
Detrás del colorido, la religiosidad y lo pintoresco en la India hay mucha pobreza, pero una pobreza convencida porque el hinduismo defienden que en esta vida no es posible cambiar de casta (clase social), osea que si naces en una casta pobre es inútil luchar para salir de ella. A parte de todo ésto no hay duda de que debe de ser un país que da para mucho como demuestran tus magníficos reportajes. Saludos de AMérida.
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