Los palomas nos vigilan. Desde las ramas de los árboles, encaramadas a las farolas o incluso, como esta, aposentadas sobre su particular trono de piedra. Observan nuestros pasos, con quien vamos, si llegamos tarde al trabajo. Las ciudades están llenas de estas pérfidas aves, y a nadie parece importarle.
Cámaras a buen precio
Tienes unas bonitas fotos me alegro de pasar por aqui un saludos desde Las Palmas
ResponderEliminarBonita imagen...cierto que en ocasiones me siento vigilada por ellas...
ResponderEliminarun saludo.
Gracias, Anita y Berto, por vuestros comentarios.
ResponderEliminar